Aquí estoy… triste, pensando en ti, en lo que pudo ser y nunca será, en tus palabras, en todas aquellas mentiras, en tus sonrisas y tu hipocresía.
Aquí estoy… sola entre estas cuatro paredes, buscando una luz a través de la ventana, buscando al menos un rayo de luna; pero recordé que tú te fuiste sin mirarme y que al irte, sola me dejaste en esta terrible oscuridad.
Lloré porque al marcharte se fueron en tu maleta el sol y la luna, y me dejaste una estrella muerta, un sueño perdido y las ganas de no volver a amar. Trato cada nuevo día de sonreír, pero recordé que llevaste entre tus brazos el brillo de mis ojos y mis ganas de vivir, que en tus ojos se van mis fuerzas y las ganas de caminar… de respirar.
Aquí estoy… sentada de nuevo, esperando paciente una gota de lluvia que refresque mi desierto, un rayito de sol que derrita el hielo que me dejó tu partida, el hielo que hoy congela lento mi corazón.
Aquí estoy… mirando las fotos que quedaron en mi mente, aquellos recuerdo que ansío pronto quemar, aquellas miradas de ternura y pasión, aquellos besos que me llenaban de ilusión, cada palabra, cada sonrisa, cada una de tus caricias.
Hermosos y dolorosos recuerdos que hoy decidí quemar, recuerdos que nunca más a mi vida volverán. Después de hoy, juro que en ti no volveré a pensar. Después de hoy, tú para mí no existirás, porque llevo años buscándote y rogándote y ya me cansé de no ver más allá de mi nariz.
Me cansé de buscarte y desearte y de no apreciar a quienes a mi lado están …tengo familia, tengo amor, tengo salud y tengo amigos.
Tal vez tú también tengas todo esto, pero a alguien que te ame como yo… eso no lo tendrás jamás.
